domingo, 9 de septiembre de 2012

FELIZ NAVIDAD DESDE EL INTERIOR DE MI SER

Hoy estaba con mi ma viendo una película navideña que trata la historia del hermano de Santa Claus: Fred Claus. En una escena aparece la fábrica de regalos enorme y una bola gigante de esas que tienen un escenario, agua y nieve que cuando la agitas se mueve la nieve.

Ma: Ay Ka, cuando eras chiquitas todo te tragabas, eras un peligro y hasta ahora sigues metiéndote todo a la boca ( Mientras me mordía las uñas)
Yo: Ay mamá que exagerada
Ma: Ahora que he visto la bola de nieve me he acordado que a ti te encantaban. Y un día la rompiste,  te tomaste el agua y te tuve que llevar al doctor. Además, siempre te comías tus aretes y los ojos de las muñecas. Siempre tenía que revisar tu caca para rescatar los aretes que te tragabas.

Ahora todo tiene sentido. Los invito a leer un post pasado llamado THE LORD OF THE RINGS MAL HECHOS o algo por el estilo.

PROPUESTAS INDECENTES

Como la mayoría de mis sábados ultimamente y por desgracia mia, tengo que ir a La rica Gamarra en la rica Vicky. Nunca falta un pobre aguantado sexual que te grita mamasiiita, silba o te lanza un piropo de lo mas sucio, más sucio que el olor a "meaos" , los charcos pestilentes y los flemones tan frecuentes en las pistas gamarreras. Este sábado me tocó ir a Gamarra de nuevo. Entre jaladores que te dicen cada medio metro " abercrombie, lacos lacos lacos tommy"y casi con los oidos inmunes a tanta cochinada escucho a un señor que se dirige a mi con la siguiente frase: chulapi, chulapi, chulapi señorita, chulapi. Como ya mis oidos bloquean cualquier sonido que no sea una conversación con la persona con la que voy, no presté atención ni caí en cuenta hasta que una o 2 cuadras más allá recapacito y le digo a mi tía:

Yo: "chulapi es pichula al revés o me equivoco?"
Tía: Sí
Yo: Ok, todo bien, nos acaban de ofrecer pichulas y ni cuenta


sábado, 8 de septiembre de 2012

BUBA Y LAS PUERTAS

Pensé que esta anécdota ya la había compartido con ustedes, pero aparentemente no. En fin, parece que no sólo yo tengo mala suerte. A veces Buba también la tiene. Les cuento dos historias cortas, pero intensas para él.

1. Tendría 3 o 4 meses estando con Buba y el venía siempre a mi casa. Estábamos en el cuarto de visita (ex cuarto de juegos) viendo una película, cuando a Buba se se ocurre empezarme a hacer cosquillas. Para su mala suerte, en un momento de desesperación, lo empujo y se empotra contra el mueble que se transforma en cama. La puerta del mueble se abre y le cae la cama encima.

2. Tendría, también, mas o menos un par de meses con Buba. Era de noche y el caminito de la puerta principal a la puerta de salida a la calle de mi casa lo estaban remodelado. Entonces, no había otra alternativa que salir por la puerta del garaje. Abro la puerta del garaje, Bubster me abraza y me da un beso. Para su mala suerte, al abrazarme se apreta el botón del control remoto del portón que tenía en mi bolsillo del sweater y se cierra la puerta en golpeándole la cabeza.



UN ELEFANTE SE BALANCEABA SOBRE EL TECHO DE MI CASA

Sueños, si me acordara de cada uno de ustedes Freud me internaría de por vida porque cada uno es más trastornado que otro. El sueño de hace un par de semanas fue con elefantes. Sí, elefantes.

Resulta que de pronto tengo muchos elefantes bebés, que en 60 días adquieren su tamaño de adulto. Son lindos y me persiguen como cachorritos. Ellos duermen en el techo de la lavandería y vienen turistas a verlos. Un turista abre la puerta que conecta la lavandería cerrada con el techo y deja escapar a los elefantes, que ya son grandes (porque ya tienen 60 días). Estos se escapan y empiezan a caminar en fila india sobre las tejas, que por obra y gracia del espíritu santo no se rompen. Me empiezo a desesperar y decido, mismo Hanzel y Grethel, hacerles un caminito de maní para que no se pierdan y regresen antes de que anochezca. Suena mi alarma y el sueño termina.