sábado, 8 de septiembre de 2012

BUBA Y LAS PUERTAS

Pensé que esta anécdota ya la había compartido con ustedes, pero aparentemente no. En fin, parece que no sólo yo tengo mala suerte. A veces Buba también la tiene. Les cuento dos historias cortas, pero intensas para él.

1. Tendría 3 o 4 meses estando con Buba y el venía siempre a mi casa. Estábamos en el cuarto de visita (ex cuarto de juegos) viendo una película, cuando a Buba se se ocurre empezarme a hacer cosquillas. Para su mala suerte, en un momento de desesperación, lo empujo y se empotra contra el mueble que se transforma en cama. La puerta del mueble se abre y le cae la cama encima.

2. Tendría, también, mas o menos un par de meses con Buba. Era de noche y el caminito de la puerta principal a la puerta de salida a la calle de mi casa lo estaban remodelado. Entonces, no había otra alternativa que salir por la puerta del garaje. Abro la puerta del garaje, Bubster me abraza y me da un beso. Para su mala suerte, al abrazarme se apreta el botón del control remoto del portón que tenía en mi bolsillo del sweater y se cierra la puerta en golpeándole la cabeza.



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